Primero lo primero. San Lorenzo continúa apostando a la formación integral de sus juveniles, que va más allá del desempeño en el campo de juego, sino que se basa en inculcarles valores, el respeto por sus compañeros y rivales, el amor por la camiseta y una parte fundamental: los estudios. Por eso, hoy es un día de orgullo para todo el club. Matías Palacios y cuatro chicos categoría 2002 que viven en la pensión (Máximo Masino, Agustín Barrenechea, Rufino Lucero y Tomás Satler) terminaron esta mañana la escuela de Educación Media Nº 06/19, en el turno verspertino que se abrió por gestión de la institución, y recibieron sus diplomas de egresados en la Legislatura Porteña junto a otros 11 chicos que viven en el barrio vecino al Pedro Bidegain.
Pero esta acción no tiene como único fin el desarrollo educativo de los juveniles, sino que también busca fortalecer el rol social que tiene San Lorenzo con la comunidad. El club fue impulsor y precursor en el hecho de que a la escuela asistan futuros jugadores y chicos del barrio para seguir construyendo puentes y tejer lazos. Cuando la pelota deja de girar y los flashes se apagan, se ilumina la importancia social que tienen las instituciones deportivas y el vínculo con los más necesitados.
Los que se llevaron una distinción aparte, como el aplauso de la hinchada al terminar cada partido, fueron Agustín Barrenechea, abanderado, y Máximo Masino, escolta. La Legislatura se disfrazó de sonrisas de los chicos luciendo su diploma en la mano y orgullo desbordado de los familiares, en una tarde que se llevarán guardada en el corazón para toda la vida.
¡Felicitaciones, egresados!