Caer está en lo lógico. El fútbol es así y, a veces, la pelota te dice que no. El día se nubló y la moneda cae del otro lado. Pero al sol no lo podés tapar nunca: porque el proyecto de San Lorenzo en fútbol femenino va más allá del resultado de un partido. En Casa Amarilla, el triunfo fue para Boca por 2-1 y el Ciclón no pudo acceder a la gran final del campeonato.
Al igual que en el partido de ida, San Lorenzo empezó ganando con gol de Debora Molina, pero siguió, fiel a su convicción, yendo por más. Boca se supo adaptar y comandó dos contraataques que terminaron en gol: el primero de Micaela Cabrera, el segundo un bombazo de afuera del área de Ruth Bravo. El Ciclón insistió a puro corazón durante todo el segundo tiempo, pero no pudo quebrar la muralla defensiva de Boca y el resultado final fue 2-1 en favor del Xeneize, el mismo que en la ida disputada en Ciudad Deportiva.
Cuando sonó el pitazo final, San Lorenzo se fue aplaudido por simpatizantes propios y rivales. No sólo por dejar todo en el partido, sino porque la campaña fue ejemplar. Se clasificó cuarto a los playoffs con 55 unidades y 80 goles a favor. Ideó un estilo de juego bien definido, con salida por abajo, presión y buen juego. Se le dio lugar a las referentes y se potenció a muchas juveniles que demuestran en su gambeta que hay futuro.
No es el fin del camino. Al contrario: es por acá. Hay que seguir caminando. Si, al fin y al cabo, el cielo puede esperar.