Con la frente en alto

Noche de jueves en Capital. San Lorenzo iba para Nuñez a visitar a River para dar vuelta la serie. Esa serie que arrancó en el Pedro Bidegain y que tuvo como ganador a River. ¿El objetivo? Ganar en el Monumental para, al menos, forzar los penales. Sin el acompañamiento del público azulgrana, Pitana marcó el comienzo del encuentro.

El primer tiempo comenzó con un San Lorenzo ofensivo, metiendo, proponiendo y parándose en campo contrario. Del otro lado se vio un River mezquino, apático, cauteloso y que defendió con los 11 jugadores en su campo –y en su Estadio-.  Si bien el campo de juego no era el mejor (los veintidós jugadores no pararon de resbalarse), el equipo dirigido por Juan Antonio Pizzi tuvo la primera situación a los 9 minutos, cuando Piatti remató desde la media luna y Barovero pudo desviarla. Once minutos más tarde, a los 20, Verón remató desde media distancia para que, otra vez el arquero, se luzca y saque la pelota al córner. En el Estadio, la desesperación de loshicnhas locales se sentía e implícitamente, Gloriosa se sentía en Nuñez y parecía que el primer tanto Cuervo estaba al caer. A los 31, otra vez Piatti, desde lejos, remató por lo bajo y el arquero millonario se revolcó para evitar el tanto azulgrana. ¡La pelota, más caprichosa que nunca! Final del primer tiempo y a los vestuarios.

Pitana marcó el inicio del complemento. Mientras los hinchas del Ciclón se acomodaban, Navarro metió un tremendo zapatazo de tiro libre que pegó en el travesaño, picó en la línea y rebotó en la espalda de Barovero. ¡Increíble! Diez minutos más tarde, otra vez Piatti probó de media distancia para que el arquero local, con las rodillas tire la pelota al córner. A partir de acá, el partido cayó en un pozo; el conjunto azulgrana parecía resignado ante la falta de gol y le cedió la pelota a River. A los 21, Pizzi metió mano y mandó a la cancha a Elizari en un lugar de Buffarini. San Lorenzo tuvo que jugar un partido aparte con su desesperación para igualar la serie. A los 33, dos cambios juntos: Romagnoli y Villalba ingresaron por Piatti y Verón. Cinco minutos después, el “Pipi” habilitó a Cauteruccio. Barovero salió rápido y con el pecho le tapó el remate al 9; el rebote cayó en la cabeza de Kannemann quien definió y… ¡palo! Del córner, Walter se la bajó al 2° palo a Caute quien cabeceó, casi sin ángulo, por encima del travesaño. 

De ahí en más, los minutos corrieron y San Lorenzo, con un corazón gigante y una entrega genial, no pudo marcar la diferencia. Sólo quedó tiempo para que a los 45 Alvarado se fuese explusado tras meterle un cabezazo a un jugador rival. Final de partido y a levantar la frente, con orgullo. Si bien quedamos afuera de la Copa, aún quedan dos competencias más: el Inicial y la Copa Argentina. A no desepserarse que estamos por la buena senda, el equipo levantó y el camino parece ser este.

El próximo partido de San Lorenzo será el domingo, desde las 16 h, frente a Central en Rosario –otra vez sin público visitante-. ¡Vamos, Ciclón! ¡Te juro que en los malos momentos, siempre te voy a acompañar!