¡Gracias, Pipi!

Es el hombre que más veces vistió la 10 de San Lorenzo. En Boedo nadie ganó más títulos que él. Se dio el lujo de levantar los tres trofeos internacionales que descasan en las vitrinas azulgranas. Lleva en la piel muchos tatuajes y la frescura traviesa de 2001, las lágrimas corajudas de la Promoción, la gloria eterna de la Libertadores, la ovación siempre dedicada a él. Al ídolo. Se llama Leandro Atilio Romagnoli. Le decimos Pipi. Y a los 37 años, ya convertido en leyenda, decidió dejar el fútbol. Pero no su casa.