Fue una fiesta. Un desahogo. Un estallido que conmovió al Bidegain. Porque el partido venía duro, peleado, Instituto se replegaba y San Lorenzo intentaba. Y llegó la jugada del primer penal a Vombergar, que el propio esloveno convirtió a los 25 minutos, con un fuerte derechazo. Y más tarde el segundo, luego del planchazo del arquero Carranza, que definitivamente instaló esa celebración en casa. Sí, nuevo triunfo, esta vez por 2 a 0, y la punta ahí nomás. Falta, falta mucho. Pero San Lorenzo va…
San Lorenzo no había logrado plasmar demasiadas llegadas en la etapa inicial. Sobre el final, incluso, elaboró la más clara: gran contragolpe conducido por Martegani, en la que Vombergar casi convierte tras un centro de Leguizamón. Tapó el arquero. La mala noticia: Barrios tuvo que dejar la cancha lesionado, a los 29 minutos (ingresó Cerutti).
En el segundo tiempo, ya con Luján en cancha por Roca Sánchez, el Ciclón siguió buscando. Desbordaba Legui por izquierda, intentaba Luján por la derecha... Y la acción del penal abrió el partido. Merecido por el ímpetu y la entrega de un equipo que sigue enorgullenciendo a Cuervos y Cuervas. El San Lorenzo de Rubén Insua sigue soñando. Con humildad, con el alma, con puro espírutu azulgrana. ¡Vamos!