El fútbol se detiene en un momento. En la mirada tiesa de Stazzone que se da vuelta para ir a buscar la pelota a su propio arco. Le clava el iris al parquet. Saca un poco de aire del corazón. Le habla a sus compañeros que no lo escuchan por el fervor de la hinchada. San Lorenzo cae 2-1. Pero el capitán lo sabe: el show debe continuar.
Y así fue que el Ciclón sacó todo su amor propio para remontar un partido que se le estaba poniendo complicado. Empezó ganando gracias a un gol de penal de Vidal, pero los tantos de Flores y Clapcich hicieron que Banfield tomara la delantera en el marcador. El equipo de Ruscica nunca se rindió e hizo un segundo tiempo casi a la perfección para cambiarle la última página al cuento: exhibición en ataque para darlo vuelta, goles de Stazzone, Menzeguez y Rodríguez, solidez defensiva para aguantar el resultado y tenencia de la pelota para enfriar el partido cuando se necesitó. En la última, Merella descontaría para el Taladro, pero el triunfo ya era todo azulgrana: 4-3 en Boedo.
Así, San Lorenzo estiró la ventaja como líder del campeonato: ahora le saca 10 unidades a su escolta Ferro que, en la previa, perdió con El Talar. Además, hace 17 partidos que no conoce la derrota y ya está clasificado para los playoffs de fin de año.
El fútbol puede, o no, detenerse en un momento. Las ilusiones de San Lorenzo aumentan cada vez más. Como el reloj que nunca para. Como el corazón que no claudica.