Desde el corazón, desde el empuje. Desde la fiesta en las tribuna hasta la entrega de principio a final de un equipo que dejó todo sobre el parquet de Villa Urquiza. San Lorenzo le ganó 3-1 un partidazo a Pinocho y empató la serie de cuartos de final. Más que triunfo fue un triunfazo y un envión anímico para definir la llave en casa.
Al ser dos equipos tan parecidos, con tanta intensidad y velocidad en la presión, la pelota se instaló en la mitad de la cancha, se metía mucho pero las chances tardaron en llegar. Cuando Pescio tomó la pelota en campo rival, solamente se registraban dos situaciones de gol: un tiro de Quintairos para el Ciclón y uno de Elías para Pinocho. De todas formas, el juvenil de 21 años aguantó con oficio la pelota de espaldas, luchó, eliminó al arquero pisándola de derecha y, con un zurdazo letal, abrió el marcador. El gol no cambió las formas porque la paridad persistió en el desarrollo y, sin mucho más, el primer tiempo llegó a su fin.
Cuando se levantó el telón del complemento, el encuentro dio un giro trascendental. Con la merma física lógica del desgaste del primer capítulo, las defensas comenzaron aflojar y los dos equipos tomaron cada vez más profundidad, entonces, se armó un ida y vuelta constante con chances de gol para los dos lados. En la vorágine del palo y palo, el Ciclón se descuidó: Elías remató desde lejos, Corazza corrigió el remate y puso el 1-1.
Los minutos siguieron transcurriendo bajo el mismo tinte, pero a falta de dos minutos la solución llegó desde el banco: Ruscica y Antonelli le dieron la casaca de arquero-jugador a Stazzone, y San Lorenzo se instaló en el campo rival. Toque de lado a lado. Con velocidad e intensidad, y la chance latente que cualquier error costaría caro, por eso la paciencia fue fundamental. Después de ablandar el rombo rival, el que arriesgó fue Lucas Bolo, que metió un buscapié para Rodríguez, pero la pelota se desvió en un jugador de Pinocho y terminó en la red: 2-1 y delirio azulgrana. Pero eso no fue todo, porque el local buscó la igualdad con el 5 vs. 4, sin embargo ahí Lucas Bolo sacó a relucir su jerarquía, robó, y con un remate desde campo propio puso el 3-1 final.
San Lorenzo buscará el pasaje a semis en su casa. El equipo que gane, sacará boleto directo; en caso de empate, se define por penales. La historia tiene un capítulo más por escribir y ojalá que sea el más lindo para el Ciclón. ¡Vamos, muchachos!