"Es hermoso ver cómo el club creció tanto"

Eran otros tiempos. El calendario marcaba 17 años atrás y Camila, una chica de apenas cinco, llegaba al club de los amores de la familia; ese club por el cual su abuelo Juan se volvía loco y del que era socia su mamá, Roxana. El sentimiento le tiraba y, en ese deseo de pasar sus tardes en Ciudad Deportiva, probó distintos deportes: tenis, voley, natación... pero ninguno la logró atrapar. Hasta que una mañana el profe de hockey la invitó a participar de una clase en una canchita de tierra y, casi sin darse cuenta, el palo, la bocha y San Lorenzo la acompañarían toda su vida. Y esa nena que paseaba en el club de la mano de su mamá hoy es una de las razones que tiene el plantel de la Tira A para ilusionarse con ascender a la máxima categoría.

"Es hermoso ver todo lo que creció la disciplina en todo este tiempo, viví un montón de momentos en el club y a esta altura de mi vida ocupa un lugar muy importante. Para mí San Lorenzo son domingos en familia, mis amigas, mi trabajo (porque es DT de la Séptima y profe de la colonia) mi pasión y mis mejores recuerdos" dice Camila Goroso.

Hoy la realidad es bien diferente. San Lorenzo tiene una cancha acorde a un equipo de primer nivel, un plantel que se propuso ascender a la máxima categoría y que disfruta de un espléndido arranque: las chicas están punteras e invictas luego de seis fechas. "A principio de año nos propusimos el ascenso y nos estamos preparando para lograrlo. Sabemos que falta mucho, que hay que seguir entrenando al máximo pero siempre focalizadas en el objetivo" analiza Goroso.

Uno de los factores clave para el arranque fenomenal fue la incorporación del nuevo DT, Gabriel Solleyro. Así lo siente la delantera: "Nos dio mucha confianza; sentí que el club nos sigue acompañando y que trajo a un cuerpo técnico de primer nivel para lograr el ascenso. Estamos aprendiendo muchos conceptos, empezamos a analizar a los rivales y a mirar de vuelta nuestros partidos para corregir errores. Creo que todas las jugadoras estamos creciendo mucho".

"Somos un equipo duro de enfrentar: fuertes en lo físico, sólido defensivamente y con la ofensiva cada vez más pulida. Yo trato de aportar mi potencia, mis ganas y mi solidaridad con el equipo. Este año se puede dar" cierra Camila, de 23 años, mientras frunce el ceño. Es que el sol le pega de frente, después del triunfo ante el CASI. No lo sabe, pero mamá Roxana la está mirando orgullosa, del otro lado del alambrado. Con esos mismos ojos que la vio dar sus primeros pasos, en una canchita de tierra, en la Ciudad Deportiva.