Las chicas quieren la vuelta

Magalí y Sofía son una parte más de la marea azulgrana que copa las calles de Boedo y marcha en procesión hacia Avenida La Plata, el lugar donde late el corazón de San Lorenzo. En la carroza de los deportistas está Clara, su capitana, porque a pesar de que representan los colores de la institución cada semana, ellas eligieron caminar como hinchas, abrazadas y entonando las canciones que aprendieron hace 19 años, cuando llegaron por primera vez al club de sus amores para jugar al hockey. 

"Además de sentir a San Lorenzo como nuestra casa, somos hinchas; y la vuelta a Boedo nos produce mucha emoción y felicidad. Fue hermoso poder compartir ese momento en familia y con amigas, con el orgullo a flor de piel por representar a un club con tantos valores de lucha", comenta Magalí, la más grandes de las hermanas De La Llera, que son parte fundamental del primer equipo de hockey que marcha puntero en la segunda categoría del Torneo Metropolitano, con la ilusión de poner al Ciclón en las primeras planas del deporte. 

Por eso, las chicas sueñan que una vuelta lleve a la otra y aunque aún falta mucho, San Lorenzo está puntero con 28 unidades y, si queda entre los dos primeros, se meterá en la Primera División del hockey sobre césped nacional. "Tratamos de no pensar a futuropara centrarnos en cada partido. Sabemos de nuestras condiciones: somos un equipo en formación, al cual le falta seguir creciendo y es una premisa ponerse plazos cortos. Mientras se den los resultados, lo demás será más fácil", explica Sofía. 

Sofía de La Llera es la más chica, tiene 28 años, y aunque a los 8 llegó al club y algunos recuerdos son medio difusos, reconoce que San Lorenzo tuvo un crecimiento exponencial en todas sus estructuras: "Arrancamos en el 2000 y había una sola tira que estaba en la F. Con el correr del tiempo, se fueron dando varios ascensos, se trabajó un montón y contamos con el aporte de mucha gente con ganas de progresar. Ahora estamos en la B y con la sensación de que el ascenso se puede dar. ¿Cómo no vamos a estar contentas? ¡Si vivimos tantas cosas, esta realidad es hermosa!". 

Ante la ilusión por el ascenso y la alegría por los resultados que están obteniendo, la charla continúa con una sonrisa de oreja a oreja de las dos hermanas. Hasta que en un momento la emoción las interrumpe, los ojos se les ponen vidriosos por las lágrimasy empiezan a buscar en el verde césped de la cancha de Ciudad Deportiva alguna respuesta para explicar su sentimiento por el club. "San Lorenzo es nuestra vida. Hace 19 años que estamos acá, vamos a ver vóley, futsal, básquet y nos enojamos cuando algún horario de entrenamiento se cruza con un partido importante. Festejamos cuando gana y nos amargamos cuando pierde, como cualquier hincha que está en la tribuna, por eso, siento que ascender con el club es el sueño que tuve toda mi vida".

Magalí busca a Sofía en señal de aprobación, que asiente con la cabeza, también emocionada. Es que quizás el paso del tiempo no se pueda medir con palabras, porque el amor hacia un club es incalculable. Y en 20 años te pasan un montón de cosas, pero a vos teacompañaron siempre los mismos colores, aun con las camisetas que te fueron quedando chicas y en el placard de los recuerdos. Porque siempre hubo alegrías que taparon las tristezas y el corazón te guardó mil momentos que aparecen cada tanto para hacerte sonreír. Será por eso, que aunque busques en algún punto fijo una definición para el amor que sentís, no la encuentres y no te quedará más remedio que limpiarte el lagrimón que se te piantó y seguir adelante.

Sofía y Magalí se van juntas ante un cielo nublado que cortina el sol, como hacen ellas en la jugada preparada para los corners corto. No se sabe qué andarán pensando, pero seguro que en alguna parte de su rutina estará San Lorenzo. Y ese amor inclaudicable que ni el tiempo pudo borrar.