¡Santa Catalina!

Cuando suena la campana, al boxeador le sacan el banquito y queda solo arriba del ring. Ahí, con sus pensamientos. El tenista también. Por eso, Catalina Pella antes de levantarse respira hondo y profundo, conciliando lo que va hacer. Responde ante algún grito de aliento con una sonrisa, deja la toalla, agarra la raqueta, la pelotita, la pica tres veces. Vuelve a respirar: el mundo recae en un segundo plano, donde nada importa. Y saca.

Está contenta. Se le nota. No lo puede disimular, con una sonrisa que le copa el rostro. "La verdad es que sí, estoy muy feliz. Desde que llegué al club, nos propusimos hacer historia y conseguimos un logro muy importante. Campeonas del Interclubes. Nunca pensé que me iba a generar tantos nervios, pero quería ganar. No pensaba en otra cosa", comentó.

En la familia Pella, la pasión por el tenis renace de cada uno de sus miembros, como la herencia que dejaron sus antepasados. Sobre eso, Catalina cuenta: "En mi familia todos son tenistas. Todo nació en mi bisabuela por parte de mi mamá, y fue descendiendo a los más chicos. Ahora quedamos mi prima, mi hermano y yo. Pero no nos gusta hablar mucho del deporte en casa, preferimos distraernos. Mis papás se meten poco en nuestras decisiones y nos dan bastante libertad".

Guido, su hermano, es uno de los tenistas más importantes de la actualidad en Argentina, se encuentra en el puesto Nº 64 del ranking ATP y formó parte del equipo que consiguió un hito histórico para el deporte en el país, la obtención de la Copa Davis: "Con mi hermano tengo una excelente relación, sirve mucho para mi carrera que él esté en el circuito, ya que me aconseja y me ayuda para que vaya mejorando. Cuando salimos campeones de la Davis fue un momento único: yo estaba en Zagreb, y ya empecé a llorar cuando Delbonis arrancó su partido, imaginate. Haber vivido eso con mi familia será un hecho que llevaré siempre en el corazón", cuenta la singlista.

"Soy una apasionada del tenis, me encanta jugar por más de que demande mucho tiempo. La verdad es que a veces estoy muy cansada, me despierto muy temprano para entrenar y llego muy tarde a mi casa: en el medio hay psicólogos, nutricionistas, preparadores físicos, entrenamientos y todas las giras que demandan viajes. Es demasiado, pero sé que el esfuerzo te lleva a mejorar."

Por un momento, Cata se olvida de que es la tenista mejor posicionada en singles del ranking ATP en Argentina (en el puesto 304º) y destila una humildad que se ve desde lejos. "Me gusta hacer otras cosas, como ir al cine, a veces voy sola. Después, soy de compartir tiempo con mi hermano, porque todo este tema de los viajes hizo que fortaleciéramos mucho la relación. Pero creo que mi momento preferido es cuando voy a Bahía, donde nací y ahora viven mis papás. Me sirve mucho para desconectar y descansar, me levanto tarde, duermo la siesta y no levanto ni un plato, ja", bromea. 

Por último, Catalina Pella explica: "Esta experiencia en San Lorenzo fue muy linda. La gente me trató muy bien y me hizo sentir como en mi casa. Además, la organización ayudó a que el torneo tuviera mucha repercusión y eso le sirve mucho a la disciplina: no estamos acostumbrados a que nos venga a ver tanta gente jugar, es lindo, nos hace bien a los deportistas. Si pudimos llevarnos la copa, fue porque siempre nos sentimos muy cómodas y porque generamos un grupo unido de grandes tenistas".