Si bien el andar de San Lorenzo en este 2017 es irregular, y nos preocupa a todos los que queremos al Ciclón, no hay que perder las esperanzas: este plantel es uno de los mejores del fútbol argentino. Cuando algunas individualidades recobren su nivel y el equipo termine de ensamblar las nuevas piezas que se sumaron, no tengo dudas de que volverá la racha triunfal.
En un momento del año pasado, San Lorenzo era el equipo que mejor fútbol practicaba, reconocido hasta por los rivales. ¿Qué pasó? Creo que todavía no le encontró la vuelta a las ausencias de jugadores importantes, como Mas, Cauteruccio y Blanco. ¿Qué perdió con sus partidas? Algo muy difícil de conseguir en el fútbol: sociedades. Cuando lográs armarlas, tenés que cuidarlas. La dupla Cauteruccio-Blanco, por ejemplo, contribuía en un altísimo porcentaje de los ataques de San Lorenzo. Y Belluschi, acostumbrado a jugar con ellos (hombres de pase y elaboración), ahora tiene que adaptarse al ritmo de Cerutti-Merlini, totalmente distinto: verticales, de maniobras más individuales, explosivos para el contragolpe. Lo más difícil en el fútbol es la creación y el gol. Y en esa búsqueda anda San Lorenzo. Caute, además, era una rueda de auxilio para Blandi: si el 9 no convertía, él representaba una opción de gol muy clara.
En la Libertadores, además, el equipo dio ventaja con los cuatro meses de parate. Lo dije en su momento: los equipos argentinos les entregan un handicap muy importante a los demás. Y el Ciclón lo pagó con dos derrotas. No es una excusa, sino una realidad. Insisto: no hay que alarmarse, porque hay material y es cuestión de tiempo. San Lorenzo tiene todo para recuperar el paso ganador que lo distinguía.