Imponentes. Emocionantes. Llenos de hambres. Desbordados de personalidad. Ganadores. Para el orgullo. Son los pibes de la Reserva de San Lorenzo. De nuevo finalistas...
Ya habían dejado en el camino como visitantes a Newell's y a River en octavos y en cuartos. Y ahora en la semifinal, también lejos de caso, de vuelta en Rosario, bajaron a Central. Fue un 1-0 trabajado con esfuerzo e inteligencia. Y también con ese oportunismo y esa frialdad que tuvo Nahuel Romero para aprovechar un saque largo de Mateo Clemente y marcar un golazo tras ganar en velocidad y eludir al arquero.
San Lorenzo supo llevar el partido. Fue sólido, ordenado y lo ganó merecidamente. Es más, pudo haber marcado algún otro gol sobre el final.
Ahora se viene la final contra Vélez, que dejó en el camino a Boca. ¡Vamos con todo, Ciclón! ¡Vamos por el título que estos pibes se merecen!