Así, San Lorenzo. Como un Ciclón. Con ese aliento descomunal que baja desde las gradas del Nuevo Gasómetro, que nos pone la piel de Cuervos y que esta noche de Libertadores encuentra su eco en el campo. Con un equipo que sale a jugar contra Lanús como se afrontan esta clase de partidos, con hambre de gloria, enjundia copera, jugadores con fiereza para disputar cada pelota y con lucidez para darle buen destino a cada pase.
Así, San Lorenzo. Como Cerutti para probar al arco a los dos minutos (qué cerquita, Pocho), como Belluschi para llegar al fondo y buscar a Blandi aunque éste no llegue a conectar (por ahora), como Mussis para testear con fuego las manos de Andrada (buen mensaje) y como Mercier para asistir cual Iniesta al capitán que (ahora sí), con toda la jerarquía que lo caracteriza, gira dentro del área, se toma ese segundo que hace distintos a los goleadores y define para el 1-0 con el que se cierra el primer tiempo.
Así, San Lorenzo. Como si no hubiera habido descanso. Con el mismo ímpetu, todos enchufados y detrás de un mismo objetivo. Como Blandi, vivo, astuto, prendido, para aprovechar un descuido de José Luis Gómez y generar un penal que él mismo transforma en gol, como Angeleri y Caruzzo para sostener al equipo lejos del arco propio, como Navarro para sacar con un pie la media vuelta de Sand, como todos los jugadores que coronan un gran partido y dan este primer paso hacia las semifinales de la Copa Libertadores.
Así, San Lorenzo. A seguir por este camino. Todos juntos podemos. ¡Vamos, Ciclón!