Nunca, jamás, hay que dar por vencido a un corazón azulgrana. Ni aunque se lo vea herido, aturdido por dos mazazos prematuros. La estirpe de un Cuervo tiene estas cosas: cuando la noche es más oscura, ahí reluce el espíritu Santo.
Y la reacción del Ciclón llegó gracias a la virtud de un equipo que no bajó los brazos pese a encontrarse 2-0 abajo a los diez minutos del primer tiempo y a través de la prepotencia ofensiva de ese doble 9 que hace temblar las áreas rivales. Blandi y Reniero demostraron todo su olfato en un par de jugadas. El capitán para exprimir una pelota que quedó boyando en las narices del arquero Marinelli y el Príncipe para aprovechar un error defensivo y clavar una definición certera.
Ya en la segunda mitad, el Ciclón fue en busca del triunfo, se lo notó con más resto y ambición que Tigre, tuvo sus chances con un teledirigido de Botta que pasó cerca, con un remate potente de Mouche que le quemó las manos a Marinelli, con un cabezazo de Gonzalo Rodríguez... Pero el resultado ya no se movería.
En su debut en esta Superliga, San Lorenzo se llevó un 2-2 de Victoria. Ahora viene la revancha por la segunda fase de la Conmebol Sudamerica ante Deportes Temuco, el miércoles a partir de las 19.30 en Chile, y luego tocará recibir a Lanús, el domingo desde las 17.45 en el Bidegain.