A 45 años del último partido en Avenida La Plata, ahí mismo se corona un momento singular, delicioso, a pura historia, a puro futuro. Para emocionarse. Para ilusionarse. Ahí está el gran Mario Rizzi, el capitán de aquella tarde y autor unos días antes del último gol en Boedo. Ahí también está Uriel Ojeda, ese talento promisorio que llegó al club a los 6 años, el hoy goleador de la Séptima.
Ahí está Mario, con su sabiduría y sensibilidad, recordando aquel día, sumando consejos y contando qué se sentía al convertir un gol en ese templo y cómo se debe gritar un momento así. Ahí está Uriel, preguntando y escuchando, pero además contando que ya sueña con el nuevo estadio en Tierra Santa y con pegar muchos gritos en ese lugar que todos imaginamos.
A punto de comenzar con la demolición en el predio, la emoción se agiganta. La historia nos impulsa. Y el futuro es nuestro. Y en ese escenario, en la pared que da a la calle Las Casas, un mensaje pintado por el Grupo @artisticoboedo más que elocuente, simbólico: "Derribando utopías, construyendo un sueño"...
LA IMPERDIBLE CHARLA ENTRE MARIO Y URIEL
LA GALERIA DE FOTOS DE UN MOMENTO ESPECIAL