La 10 en la espalda y el toque sutil. La imagen sin tiempo vuelve, cíclica, porque el sentimiento la atrae una y otra vez. Con una asistencia deliciosa, con esa capacidad para generar algo distinto cuando el 90 y pico por ciento de los mortales hubieran recibido la pelota y buscado el arco, Leandro Romagnoli abrió el camino hacia el triunfo frente a San Martín de San Juan, como visitante. Nico Blandi no hizo más (ni menos, claro) que arquear su cuerpo y rematar junto a un palo para ponerle el moño a ese golazo del Ciclón.
Y a un toque, siempre claro, el Pipi se sumó al Ping Pong Azulgrana, para revelarles a los hinchas algunos de sus gustos poco conocidos. Futboleros o no, claro. Y para dejar una definición que no hace más que profundizar los lazos de eternidad: "¿San Lorenzo en una palabra? Amor".
MIRA EL PING PONG AZULGRANA A LEANDRO ROMAGNOLI