“Esto es increíble, lo que viví estos 20 días previos al partido, lo pensaba pero no me imaginaba que era tanto. Yo sé que el título del 95 era muy importante para la gente, pero que me den tanto amor en todos lados a donde voy me hace sentir muy feliz”, comenzó diciendo Esteban González.
Por otro lado, agregó: “Me siento como cuando Timoteo Griguol me hizo debutar en primera división ante Unión. No me va alcanzar la vida para agradecer todo lo que me dieron. Yo hago lo que siento y no hay forma de retribuir tanto cariño y tanto amor brindado por la gente del Ciclón”.
El autor del gol del campeonato, se mostró muy emocionado con la finalidad del encuentro del domingo: “Saber que lo con lo que hacemos nosotros podemos aportar un granito de arena para la vuelta a Boedo es hermoso. Sin dudas que recuperar las tierras de Avenida la Plata es muy difícil, pero la dirigencia y la gente están dando todo para que se pueda lograr y eso es digno de ser valorado”.
El ex jugador de San Lorenzo, destacó el trabajo que se viene realizando en la Institución: “Lo que han hecho Matías Lammens, Marcelo Tinelli y todos los dirigentes en el club es increíble, cambió de arriba abajo y eso se nota desde que entrás. Uno lo puede ver caminando en la Ciudad Deportiva. Todo lo que se ha construido y lo que se está haciendo me pone muy feliz”.
Esteban González, recordó el gran equipo que alcanzó el título en 1995: “El medio campo de ese equipo era soñado para cualquier entrenador en el mundo: Silas, Monserrat, Netto y Galetto, jugaban una barbaridad y adelante estaba el Pampa Biaggio que era un rayo, el perro Arbarello y Ortega Sánchez que también fueron importantes y yo que cuando me tocaba entrar hacía goles”.
Además, comentó el clima que se vivía dentro del vestuario: “Era un grupo muy sano, la figura era el grupo. El que jugaba era apoyado por los que estábamos en el banco y cuando salía alentaba a los de adentro. El que se hacía la estrella salía. Ese plantel tenía una mística bárbara, se merecía ser campeón”.
Sobre cómo llegaron a la última fecha en Rosario, contó: “Había sido dura la derrota con Vélez, ese día nos había agarrado un bajón a todos, estábamos muertos. El Bambino Veira nos hizo poner en silencio a todos y dijo: “Ustedes quédense tranquilos que vamos a ganar el torneo” y ahí empezó a motivar a la gente para que vaya a Rosario”.
Para finalizar, reconoció: “¿Qué más se le puede pedir a la gente de San Lorenzo? Son increíbles, les debemos amor eterno. Con los jugadores nos quedábamos viendo desde la ventana del vestuario a la gente del Ciclón. No pedo aguantar las ansias para que llegue el domingo y volver a vivir eso. Espero que pueda venir mucha gente para que se pueda dar un pasito más para eso que tanto anhelamos, que es la vuelta a Boedo”.