Una victoria de esas que desbordan entusiasmo, que reafirman aptitudes, que confirman que la llama seguía encendida. San Lorenzo logró un triunfo frente a Atlético Paranaense que lo acomodó en la tabla de posiciones del Grupo 4 de la Copa Libertadores y que lo perfila para clasificarse a la siguiente fase.
Fue un 3-0 redondo, justificado poque después de que Paulo Díaz abriera el marcador, el equipo dirigido por Diego Aguirre comenzó a dominar el trámite y a generar situaciones de peligro en el primer tiempo, ante un rival que deambulaba y no lograba reaccionar.
Y cuando el equipo brasileño intentó rearmarse y empezó a conectar líneas, apareció el centro de Belluschi para el frentazo de Nicolás Blandi: ese segundo gol llegó en el momento justo.
En el final, para redondear una actuación impecable, Rubén Botta se hamacó en el área y cerró la goleada con un zurdazo esquinado.
Y ahora, la clasificación a octavos de final asoma palpable. Y ahora, el equipo da muestras de su carácter. Esto no terminó, atención: esto sigue.